miércoles, 25 de mayo de 2011

Adaptación de "Toda clase de pieles"

Érase una vez hace mucho mucho tiempo un matrimonio que vivía en un pueblo en lo alto de las montañas. Tras mucho esperar consiguieron su ansiado deseo, tener una preciosa hija, ella era guapísima con el pelo negro como el azabache y los ojos verdes como la esmeralda.


A los 6 años de nacer la niña, la madre tuvo que partir para intentar curarse de una rara enfermedad que tenía, su marido y su hija se pusieron muy tristes.


La niña todos los días le preguntaba a su padre que cuando volvería su madre, que tenía muchas ganas de verla, el padre siempre la contestaba con un beso y una gran sonrisa, que a la niña le aliviaba.
El padre al ver que la niña lo pasaba mal esperando a su madre, creó una gran habitación de juegos, juguetes, libros, etc. para ella, que él llamó la habitación de los sueños. Gracias a esta gran habitación a la niña se le hizo más amena la espera.


Pasaron los años y la niña ya se convertía en mujer, un día se encontraba pintando en la habitación de los sueños cuando su padre le dio una gran sorpresa, su madre había vuelto. La niña se puso como loca, fue a abrazar a su madre y a contarle todo lo que le había pasado durante todos estos años.


Pasaron los días y el padre y la madre llegaron al acuerdo de buscarle un prometido a su hija. Al decírselo a la chica ella se enfadó, no estaba de acuerdo, no quería casarse todavía. Pero a sus padres les dio igual y decidieron presentarle a un par de pretendientes que ellos mismos habían seleccionado. El primero era un humilde chico de su propio pueblo, muy guapo e interesante. En cambio el segundo era un heredero que su madre había conocido en Mina, donde fue curada de su enfermedad. La joven se negó, no quería casarse con ninguno de los dos, pero después de hablar con su madre llegaron a un pequeño acuerdo, se casaría sólo con el segundo y si era capaz de cumplirle tres deseos en plazo máximo de 1 mes. Su madre accedió ya que ella ayudaría al joven heredero para que consiguiese casarse con su hija.


Los deseos que pidió la chica eran prácticamente imposibles y fueron:
Primero, "quiero los zapatos más bonitos del mundo entero, que tengan brillantes y cordones de oro".
A los dos días el joven apareció con una caja que contenía unos zapatos preciosos, eran tal y como ella los había pedido.


El segundo fue, "quiero un precioso vestido que hagan juego con los zapatos, tiene que tener en la zona del escote un cordón de oro y unos pendientes a juego".
La joven seguía manteniendo la esperanza de que el heredero no consiguiese esto para no tenerse que casar con él, pero 5 días más tarde el joven apareció con el precioso vestido y los pendientes a juego.


Y por último el tercer deseo era, "quiero un abrigo de todo tipo de pieles de animales que haya en estas tierras: zorros, conejos, jabalíes, ciervos...
Este deseo al joven le pareció el más complicado, pasaron 2 semanas y 3 días y aún no lo tenía por lo que la joven estaba contentísima. Pero a última hora el heredero llegó a casa de la joven con el abrigo que él mismo llamo "toda clase de pieles".


La joven al ver que había sido capaz de cumplir los tres deseos y saber que la boda era inminente decidió escapar lejos para evitar casarse con el muchacho, llevo consigo el abrigo de toda clase de pieles, el vestido, los pendientes, los zapatos y algo de comida.


Huyó lejos para que no la pudiesen encontrar y terminó en un bosque alejado de todo. Tras varios días sobreviviendo en el bosque un hombre la descubrió, la preguntó su nombre, de donde venía... pero la joven no decía nada por miedo, así que la empezaron a llamar "Toda clase de pieles". El hombre decidió llevarla al castillo de su amo para que trabajase en la cocina.


Al tercer día de estar trabajando en palacio, la joven tuvo el honor de conocer al príncipe era un joven muy apuesto, muy inteligente. La muchacha se enamoró perdidamente de él y haría todo lo posible por conseguir su amor.


Esa semana se celebraba un gran baile en palacio para que el joven príncipe buscase una muchacha para casarse con ella. Al enterarse de esto "Toda clase de pieles" pensó que debería hacer algo para que su amado príncipe se enamorase de ella.


Llegó el día del baile y la joven después de terminar su tarea se escapó un ratito, fue a la habitación en la que estaba viviendo, se puso su precioso vestido que le había regalado uno de los dos pretendientes, los zapatos y los pendientes y salió corriendo hacia el gran salón. Al entrar allí la gente se quedo muy sorprendida mirándola, estaba preciosa y llevaba un vestido con hilo de oro que nunca antes se había visto.
Nada más verla el príncipe se acerco a ella para pedirla que la concediese un baile. Ella se quedó muda, la temblaban las piernas al tener al príncipe tan cerca pero acepto encantada. Poco a poco se alejaron de la gente y empezaron a hablar y a ver que tenían muchas cosas en común, estaban muy a gusto.


Siguieron hablando y hablando y al final el príncipe la besó, ella se quedo paralizada pero le había encantado y le dijo que había sido el beso más bonito que nunca había podido imaginar y el príncipe respondió a eso poniéndola un anillo. La joven se dio cuenta que habían pasado horas por lo que tenía que volver a la cocina. Le dijo al príncipe que se tenía que ir ya, que no podía demorarse más.




A la mañana siguiente el príncipe encargó que buscasen a la joven con la que había estado la noche anterior, dio todos los datos que conocía y añadió que podría llevar un anillo que él mismo la había regalado.
"Todo tipo de pieles" tuvo que servir la comida ya que el encargado de ello se encontraba indispuesto. Al llevar el plato a la mesa el príncipe vio el anillo que le había puesto a la joven que le gustó la noche anterior.
El príncipe le pidió que se acercase a él para poder verla desde más cerca y comprobar si era ella en realidad, la joven se acercó y el príncipe pudo confirmar sus sospechas. La joven se asustó, tenía miedo a la reacción del príncipe.


El joven se levantó y la besó, después de demostrarse su amor mutuamente el príncipe le pidió a la muchacha que se casase con él y ella aceptó. ¡Fueron felices por siempre jamás!

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